Ciertamente, el aborto ahora resulta tener estadísticas considerables de muertes, precisamente porque no es aprobado por la ley, no solo la de los hombres, sino de la vida (puedes llamarle como quieras, Universo, Energía, Dios, fuerza superior, e inclusive si no crees en nada de esto, sabes que respiras diariamente y con eso tienes). La vida es lo más sagrado que tenemos en nuestras manos (su valía resulta cambiante de acuerdo a la cultura), literalmente es tan frágil como una copa de vidrio, y resulta ser el único recurso (junto al tiempo, unido a ella), que no podemos recuperar; aunque tengamos avances tecnológicos espectaculares y hallamos creado vida artificial, robots, seres humanos mezclados con robots, clonado células y conocido más el ADN, no podríamos recrear un ser que se iguale a lo que ha surgido de forma natural (llevamos años intentándolo).
Sin embargo, tenemos que ser objetivos, el aborto es una medida de disminución de población (puesto que el planeta está sobrepoblado y no aguantaremos más de 30 años al paso que vamos), es una medida de libre albedrío, quizá fuiste víctima de una violación y no deseas tenerlo por motivos obvios, quizá interfiere con tus planes personales, profesionales o de otra índole, quizá no tienes estabilidad económica, emocional, física o psicológica para traerlo al mundo (sin mencionar el hecho de que la condición mundial empeora cada día) ; ahora, podríamos decir, está bien, no deseas tenerlo, pero puedes hacerlo y llevarlo a un orfanato o dárselo a alguien que sí desee hijos o tenga cómo tenerlos (los orfanatos o asilos infantiles están repletos de niños, cada día llegan más y no se da basto, sobre todo si hablamos de Latinoamerica el porcentaje de niños de calle compite con las estadísticas mundiales), “podrías no abrir las piernas” suele escucharse mucho, sobre todo en nuestro país, deberías instruirte en cuanto a la sexualidad. En fin, no podemos quitarle merito a lo mencionado anteriormente, puesto que de una u otra forma parte de la responsabilidad está en nosotros.
Bien es sabido que las decisiones presurosas y sin
meditación previa no resultan satisfactorias (el 70% de las veces), debes tomar en cuenta las ventajas y
desventajas, psicológicas, emocionales, biológicas y espirituales que éstas
puedan tener en ti y en los que te rodean, y recuerda, es para toda la vida.
En conclusión, cada persona tiene creencias, circunstancias,
crianza y planes diferentes, quizá quieras tener hijos, o no (aunque gran parte
de la generación Y ya los tiene, otra no, igualmente la generación Z, aunque
ésta está formada por un nuevo ciclo con
ideologías completamente diferentes, tendiendo a rechazar la idea de tener
hijos), por ejemplo, Niki Minaj abortó a los 16, sabiendo que iba a pasar la
Britney con su bebé, mientras que Jamie Spears (hermana de Britney. S) decidió
dar a luz, igualmente a los 16 y pasar la Shallow orgullosa, con esto quiero
decir que ambas determinaciones están bien, no eres mala o buena persona, solo
eres un individuo tomando una decisión personal (aunque muchas veces nos vemos
influenciados por terceros).
El conflicto de aprobar o no la legalización del aborto no
es sencillo, puesto que son millones de opiniones y cientos de culturas que
deben tenerse presentes, los religiosos y creyentes ortodoxos, los religiosos y
creyentes liberales, los ateos de ciencia y los que no, los satanistas y sectas
sentimentalistas y los que no, etc; será un antes y un después en la historia,
y cada día resulta más presurosa la idea de enterarnos de una decisión unánime. La medicina, desde la antigüedad, esta cementada sobre las bases de proteger y preservar la vida, no de arrebatarla y evitarla, sin embargo, ¿será este el momento para considerar pertinente un cambio?
¿Y tú, estás a favor o en contra del aborto?
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