viernes, 26 de abril de 2019

Somos Venezuela.


Los desaciertos que hemos vivido en el transcurso de nuestra historia, son solo el reflejo del deterioro de la mentalidad venezolana.

Es algo muy común que las personas se quejen del mal funcionamiento de los servicios, pero no participen de lleno en la restauración del orden y la jerarquía social, como pagar la luz, el agua, el gas o el boleto del metro; murmuramos por el incremento de los impuestos y el pésimo funcionamiento de los entes gubernamentales, pero no cumplimos con nuestros deberes como ciudadanos, el conformismo se ha adueñado de las calles de nuestro país.

Y me dirán, ¿tú crees que yo estoy conforme con comer una vez al día, con tener un sueldo que me alcanza para comprar un solo insumo alimenticio o con ir al hospital y que no haya insumos? Supongo que no, ¿pero lo estás cambiando, haz hecho algo realmente relevante para hacerlo? Es allí donde se encuentra el conformismo.

¿Queremos un futuro mejor? Se empieza por la gente, en las calles, en el transporte público, por el padre que no corrige a su hijo cuando desecha basura en las vías, por el conductor que cobra más aunque no es legal, por el delincuente que consigue fácil lo que tú haz trabajado, por los comerciantes que siempre están dispuestos a aprovecharse de la necesidad (ojo, no como un sistema comedido de capitalismo, sino con avaricia absoluta), por el que no toma en cuenta las luces del semáforo, por el que protesta por cajas de comida y no por la insuficiencia alimenticia que vivimos a causa de la distribución egoísta de los recursos. Comenzamos con el conocimiento de tus derechos y cumplimiento de tus deberes.

Nuestra nación no ha sido sometida por los "grandes", sino por nosotros, protestamos defendiendo u apoyando a bandos políticos, en los cuales definitivamente no podemos confiar, pero no hacemos nada respecto a la terrible educación que se imparte en el país, ¿por qué apoyar las regalías del gobierno, si somos y estamos aptos para trabajar? ¿por qué tantas fechas festivas y tantos fines de semanas largos? Concluimos entonces que, es mejor una fiesta o un descanso "bien merecido" que calidad de vida, menos inseguridad, verdadera democracia y estabilidad económica, ¿no?

Llenos de miedo, hemos apagado nuestras conciencias y seguido adelante con la irónica frase de consolación: "no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista", mientras somos robados, despojados de la propiedad privada y la capacidad plena de producir, mientras que colegios y universidades se vienen abajo estructural y sistemáticamente, mientras miles mueren a diario en centros de salud por falta de especialistas e insumos.

¿Son culpables los políticos de todo esto? Si bien es cierto que parte de la responsabilidad recae sobre ellos, nosotros tenemos la responsabilidad mayor, aunque la democracia nunca ha existido realmente en nuestro país, todos están allí por ingenuidad de nuestra gente; colocamos a sujetos con ideologías erróneas en puestos importantes, y seguiremos padeciendo lo mismo, vez tras vez, sino nos despojamos de la ignorancia y nos armamos con conocimiento para llevar esto hacia el futuro.

Es triste, sentirnos sin salida, acorralados, al borde, sin oportunidades, cuando eres profesional, inteligente o soñador, sabiendo que cambiar las ideologías de millones, no es cuestión de uno solo, todos, nos vemos afectados por lo que sucede, siendo los jóvenes el primer blanco de castración de sueños, metas y esperanzas, década tras década, quienes deberíamos preservar y asegurar el futuro, siempre, somos aplastados, así que, ¡el cambio empieza por ti!

comienza ya.
 

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